Las prisiones mexicanas, bien lo sabemos todos, están en su mayoría sobrepobladas, no cuentan con las instalaciones, los programas, o medidas de seguridad para que tengan la función para las que fueron creadas. Salvaguardan a la sociedad, del peligro que implican todo tipo de reos y delincuentes y, al mismo tiempo, darles a ellos los programas necesarios, para que se regeneren y reintegren a la sociedad, una vez que paguen sus condenas.
Delincuentes de todo tipo habitan en ellas, desde el ladrón común, hasta criminales buscados en todo el mundo, secuestradores y grandes narcotraficantes.
Esto también implica, dentro de las mismas, que los sistemas de seguridad no sean del todo fiables, y que por las cantidades de dinero que pueden llegarse a manejar dentro de ellas, lo cual no debería de ocurrir, existan en algunas ocasiones, fugas de prisioneros importantes o de gran peso.
Aquí un recuento de algunas de las fugas de los presos más famosos, que han habitado las cárceles del territorio mexicano.
Francisco I Madero
En 1910, cuando Madero era candidato para la presidencia de la República, el gobierno comandado por Porfirio Díaz decidió encarcelarlo en San Luis Potosí. Lo sentenciaron por rebelión y ultraje a las autoridades. Sin embargo, Madero logró escapar hacia Estados Unidos, y desde ahí comenzó a fraguar el plan de San Luis.
Pancho Villa
Luego de una supuesta insubordinación hacia Victoriano Huerta, durante la campaña contra Pascual Orozco, que casi le cuesta la vida, Pancho Villa fue trasladado a la penitenciaría de Lecumberri. Ahí estuvo de junio a noviembre de 1912. En diciembre fue trasladado a la prisión de Santiago Tlatelolco, y de ahí se fugó el 25 de diciembre a las 3 de la tarde.
Chucho el roto
Jesús Arriaga, mejor conocido como «Chucho el roto» fue un astuto criminal que se hizo famoso por sus estafas. La primera vez que lo aprehendieron fue enviado a la cárcel de San Juan de Ulúa, que se ubica en un islote de Veracruz. En esa ocasión, «Chucho el roto» escapó de la cárcel metido en un barril, que lo llevó flotando hasta la costa.
Se comenta que en otro de sus ingresos a un penal, quiso hacer la misma maniobra, pero fue traicionado.
En su último ingreso a prisión, Chucho fue condenado a recibir 200 latigazos. Después del castigo fue enviado a una celda de castigo llamada El limbo. Sin embargo, debido a sus heridas fue llevado a la enfermería. Ahí se dice que falleció. Sin embargo, cuando se abrió su féretro, la sorpresa fue que su cadáver no estaba.
David Kaplan
Traficante de armas que estaba prisionero en Santa Martha Acatitla, sentenciado a 28 años. Un helicóptero pintado como el del Regente de la ciudad, aterrizó en medio del patio de la prisión.
Kaplan y su acompañante, el venezolano Carlos Contreras Castro, sólo tardaron 90 segundos en correr, subirse al aparato y emprender el vuelo, sin que ningún guardia hiciera nada por evitarlo.
Alberto Sicilia Falcón
Fue uno de los narcotraficantes con más poder en la década de los 70. Este cubano fue recluido en el penal de Lecumberri.
En su interior, la corrupción y la tortura eran el pan de todos los días. Esto no impidió que en 1975, Sicilia Falcón, en compañía de otros reos, cavara un túnel que los llevó a su libertad.
Andrés Caletri
Tiene el récord de haberse fugado de tres penales. Escapó de Santa Martha Acatitla en enero de 1992. En septiembre de ese año fue nuevamente detenido. Sin embargo, el 30 de diciembre de 1995 vuelve a evadirse del Reclusorio Preventivo Varonil Oriente, mientras cumplía sentencia por delitos graves, como secuestro y portación de armas exclusivas del ejército y la armada.
Otra espectacular fuga de él, ocurrió el 8 de junio de 1998, del Reclusorio Preventivo Varonil Norte, donde purgaba una condena de 28 años de prisión y dos meses.
El Chapo Guzmán
Y de las más famosas en México, no se pueden dejar atrás las dos fugas de “El Chapo Guzmán”, uno de los narcotraficantes más poderosos del planeta.
La primera en 2001, de un penal de máxima seguridad. Para muchos, aceptar la versión de que el «Chapo» Guzmán se escapó de la cárcel en un carrito de lavandería suena poco creíble.
La segunda en 2015, la llevó a cabo con una operación que implicó cavar un túnel que tenía mil 500 metros de longitud, al final del cual, contaba con una moto que corría en unas vías. El túnel también estaba iluminado y medía más de un metro de altura.
Sí, puede resultar increíble y hasta risible que estos personajes hayan cometido este tipo de escapes, que normalmente solo ocurren en las películas. Y al mismo tiempo nos hace cuestionarnos qué tan bueno y efectivo es el sistema de seguridad de nuestro país.