En fechas recientes, Corea del Norte esta en la boca de todos, debido a su insistencia con el armamento nuclear, por sus recientes y constantes lanzamientos balísticos.
El mundo entero se encuentra temeroso de lo que su gobernante sea capaz de hacer, se respira un ambiente de gran tensión en los países vecinos, por la destrucción que pudiese causar un arma de este tipo.
Las naciones condenan los lanzamientos de prueba que Corea hace, para demostrar su capacidad armamentista.
Pruebas que atemorizan a todos, ya que cada día son más fuertes, cada vez demuestran más, la capacidad destructiva que Corea del Norte puede llegar a tener.
Pero estas pruebas, ¿tienen alguna consecuencia, son dañinas para alguien?
Normalmente estos misiles son arrojados al mar, en donde se supone no dañan nada ni a nadie, pero la realidad es muy diferente.
¿Provocan problemas ambientales en el océano, estos misiles, piezas de artillería y cohetes, causan un daño que pocos conocemos?
Algunos países se han interesado en los restos que estas pruebas dejan en el mar, que en algunos casos se encuentran a 3,000 metros de profundidad e incluso más abajo.
Se ha visto que al caer al mar, estos misiles pueden romperse en miles de partes, que quedan esparcidas en el lecho marino.
Muchas de estas partes son tan pequeñas, que son imposibles de recuperar y que poco a poco generan basura marina.
Expertos dicen que estos lanzamientos no provocan un daño ambiental grave, a pesar de que usan líquidos tóxicos para propulsarse, este combustible se acaba al momento de impactar el mar, son diseñados para cargar la cantidad exacta de combustible para poder alcanzar su objetivo. Y los restos que pudiesen quedar, el mar los diluye al poco tiempo.
Eso sí, los restos que no son rescatados por otros países, a la larga se convertirán en un problema para el fondo marino. Si estos países detienen la recolección de estos restos, seguramente en poco tiempo se convertirán en un tema de preocupación para la naturaleza y el medio ambiente.
Algo que si debe de preocuparnos, es que estos lanzamientos continúen, que de un momento a otro el destino de los misiles deje de ser el mar y se dirijan hacia Tierra, hacia la población del mundo.
Esperemos, el mundo pueda, mediante la paz, detener estas pruebas que a todos nos mantienen en un estado de alerta.