En 1993 , El Tigre, Emilio Azcárraga Milmo , uno de los hombres más poderosos que dio México, dijo: “México es un país de una clase modesta muy jodida, que no va a salir de jodida. Para la televisión es una obligación llevar diversión a esa gente, y sacarla de su triste realidad y de su futuro difícil”.
Esto lo dijo el dueño de Televisa, en un discurso improvisado, en donde celebraba el éxito de la telenovela «Los Ricos También Lloran».
“Los ricos, como yo, no somos clientes, porque los ricos como yo no compran ni madres”, en ese entonces Milmo ya era considerado por la revista Forbes, como el hombre más rico de América Latina.
“Nuestro mercado en este país es muy claro: la clase media popular. La clase exquisita, muy respetable, puede leer libros o Proceso, para ver qué dicen de Televisa… Estos pueden hacer muchas cosas que los diviertan, pero la clase modesta, que es una clase fabulosa y digna, no tiene otra manera de vivir o de tener acceso a la distracción, más que la televisión”, así se expresaba Milmo de los mexicanos, sus principales clientes.
Ya desde ese entonces, se sabía que la televisión era un medio de enajenación/diversión para la clase pobre del país. En ese entonces no se hacía televisión para incorporarlos al mercado de consumo, ni mucho menos para sacarlos de esa triste condición, y jamas se pensó hacerla para quitarles la ignorancia en que vivían.
Para los Azcárraga, la televisión no ha sido más que un gran negocio. Vender espectáculos, manejar a su conveniencia la información, y dirigirla al pueblo como ellos desean.
“Somos soldados del PRI y del presidente” dijo en otra ocasión El Tigre, síntoma inequívoco de su lealtad y complicidad con el gobierno de aquel entonces, y que su hijo Emilio copia hasta la fecha.
En la época de Salinas de Gortari ,se creó la competencia de Televisa y nació TV Azteca, en la que hasta hoy prevalecen muchos programas que juegan, abusan y se burlan de la condición de la sociedad mexicana, la misma fórmula: nos tratan como ignorantes.
De esto se aprendió una gran lección, la competencia en la TV no es significado de mejores contenidos.
Actualmente, sigue existiendo el modelo televisivo de entretenimiento de baja calidad, bajo costo, bajos presupuestos, y todo esto se justifica en un “hacemos lo que la gente quiere ver”.
La falta de contenidos dignos, diversos, de información verdadera, de buen entretenimiento, es menospreciando, haciendo de lado el derecho de la audiencia a materiales de calidad.
Así se maneja la televisión pública en México, contenidos jodidos para un pueblo jodido.
Por fortuna, ya existen compañías, servicios varios con programación mejorada; fue el sector privado el que se dio cuenta de las necesidades de los televidentes, de que sí deseamos buenos programas, que no necesitamos más basura televisiva.
Cosa que hasta hoy, las televisoras mexicanas no entienden o no quieren ver.