Amado por unos y perseguido por otros, Pablo Escobar ha sido uno de los criminales más grandes de todos los tiempos.
A más de 20 años de su muerte, un diciembre de 1993, Pablo Escobar el capo más buscado del mundo, sigue estando presente en muchas historias en todo el planeta. Su vida ha sido motivo para escribir libros, hacer películas y series de televisión, el legado que Escobar dejó, va más allá de cualquier cosa, su nombre permanecerá latente, todavía en muchas generaciones más.
Pablo fue fundador y máximo líder del Cartel de Medellín. Su manejo de las drogas y su imperio de distribución, rompió todo lo antes visto, en cuanto al crimen organizado. Su nombre se volvió sinónimo de poder y riqueza, de terror y respeto en el mundo criminal.
Fue el líder más grande del narcotráfico; la droga y él, eran uno solo. Era el narco por excelencia.
En su tiempo, fue amado y odiado. Su gran mente –inteligente y ágil– lo llevó a fundar un emporio sin precedentes.
El 2 de diciembre de 1993, un operativo policial acabó con el narco más famoso; mientras intentaba fugarse, cayó muerto sobre un techo. Se dice que la policía incluso disfrutó de su muerte. El cuerpo de “El rey de la droga” se convirtió en un trofeo.
En esos días, era el delincuente más perseguido en el planeta. Su poder en Colombia era inimaginable. Se podría decir pionero de los carteles de la droga. Tanto así, que llego a monopolizarla generando miles de millones de dólares en ganancias.
Hasta la fecha, no se conoce, o no ha existido, un hombre tan poderoso como Escobar; actualmente el negocio de la droga se maneja por muchas organizaciones, por muchos hombres que se reparten y pelean el mercado.
Pero nadie como Pablo, nadie con su influencia y poder.