Napoleón Bonaparte nació en la isla de Córcega, Italia. Repudiaba a los franceses por ser opresores de los corsos. Fue militar y años más tarde sería emperador de Francia, y uno de los conquistadores de gran parte de Europa del siglo XIX. Hay muchas especulaciones acerca de su muerte, pues no fue precisamente de una manera heroica, como se ha contado durante siglos.
Napoleón se convirtió en emperador en 1804, porque siempre buscó tener el control en toda Europa, consiguiendo varias victorias. Además, fue considerado el más influyente en la política de Francia, sin embargo, pese a sus grandes conocimientos, tuvo también muchos fracasos. Tras su derrota en la batalla de Leipzing, se exilió en la isla de Elba, pero fue hasta marzo de 1815 cuando regresó a Francia y formó un nuevo ejército, donde creyó que podía recuperar su imperio.
Para ese mismo año, fue derrotado en la batalla de Waterloo, capturado y llevado a la Isla de Santa Elena, en donde pasó sus últimos días, falleciendo por la misma enfermedad que aquejaba a su padre y a una de sus hermanas. Así, en mayo de 1821 se le diagnosticó cáncer de estómago. No obstante, como todo gran personaje, no se ha sabido claramente cuál fue la causa de su muerte, pues su vida siempre estuvo llena de especulaciones.
Muchos años después se le realizó una autopsia, en donde se descubrió que la causa de su deceso fue envenenamiento por arsénico, por exceder la dosis del tratamiento que llevaba. En los diversos estudios que se le hicieron a él, sus hijos y esposa, tenían grados elevados de arsénico, descubriendo que el empapelado usado en la casa de Napoleón también contenía el pegamento. Esto no quiere decir que haya sido un intento de homicidio, sino que, con el tiempo, éste se descompone creando así un hongo que contiene dicho químico.
Si bien, aún los científicos siguen haciendo investigaciones, sobre la muerte de quien marcó una época muy importante en Francia.
Marco toda una revolución. Gran trabajo.
Me gustaMe gusta