El conflicto bélico más atroz de la humanidad fue, sin duda, la segunda guerra mundial, ocurrida entre 1939 y 1945. El conflicto tuvo varias causas como la invasión a Polonia, por parte de los alemanes, la invasión japonesa a China y el ataque japonés a Pearl Harbor. La mayoría de los países de todo el orbe, participaron de una u otra manera, siendo Alemania, Polonia, Estados Unidos, China, Francia, Italia y Rusia, los protagonistas. Tiempo después, más países se fueron uniendo como respuesta a ataques, o simplemente por tener relaciones con los países involucrados.
Los países se dividieron en dos bandos: los Aliados y las Potencias del Eje. Las Potencias del Eje estaban conformadas por Alemania, Japón e Italia, mientras que los Aliados se conformaban por Francia, Reino Unido y Polonia, para después anexarse la Unión Soviética y Estados Unidos.
El bando con más hambre de victoria era el conformado por Alemania, Japón e Italia, donde el líder alemán, Adolf Hitler, parecía tener todo bajo control al atemorizar a media Europa con sus desalmadas matanzas, y su idea de la purificación de la raza.
Recientemente, un especialista en esta guerra, James Holland, ha afirmado que, tras una investigación, concluyó que Hitler y sus fuerzas no tenían oportunidad de ganar el conflicto. En primera instancia, el armamento alemán era muy bueno, pero con bastantes defectos, como los tanques Tiger que utilizaban. Los tanques eran muy buenos, sin embargo eran máquinas muy complejas, con transmisión y suspensión muy sofisticadas, las cuales eran muy difíciles de manipular, y eso sin contar con la poca experiencia que tenían sus pilotos. Otro punto en contra de los alemanes era su armamento, como la famosa metralleta MG-34, la cual era muy buena, sin embargo, tenía un cañón que se calentaba con frecuencia y tenía que ser cambiado. Los uniformes no fueron la excepción pues su majestuosidad fue una inversión con la que no se contaba, además de ser poco cómodos para los soldados.
Definitivamente Alemania nadó en contra de la corriente, en una guerra para la que no estaban totalmente preparados. Es incongruente pensar que eran malos militares ya que comenzaron ganando, sin embargo, el triunfo sobre Francia se debió, claro, a su brillantez militar pero también a la ineficiencia de Francia. Lo mismo pasó con Polonia, siendo un país muy débil, cayó fácilmente ante las estrategias alemanas.