El genocidio armenio: a cien años del terror

En la historia existen un sinfín de acontecimientos, los cuales no han trascendido al grado de llegar a ser tan populares como otros, sin importar su magnitud. Un ejemplo claro de estos acontecimientos es el genocidio armenio, el cual es un hecho poco difundido por la historia, a pesar de lo relevante que fue para la cultura armenia y las crueldades que sufrieron.

Armenia o República de Armenia, es un país del Cáucaso Sur y sin salida al mar. Comparte frontera al oeste con Turquía, al norte con Georgia, al este con Azerbaiyán y al sur con Irán y la República Autónoma de Najicheván, de Azerbaiyán.

Armenia se considera como parte de Europa, sin embargo, su localización en el Cáucaso meridional, la sitúa en una supuesta frontera imaginaria entre Europa y Asia: en realidad se trata de un país transcontinental, a medio camino entre los dos ámbitos geográficos. Estas clasificaciones son arbitrarias, pues no hay diferencia geográfica fácilmente definible entre Asia y Europa.

El genocidio armenio comenzó entre los años 1915 y 1918, en el marco de la primera guerra mundial, y se trató, básicamente, de secuestros, torturas y expulsiones de armenios por parte del Imperio Otomano. El 24 de abril de 1915, durante la madrugada, cientos de armenios destacados fueron despojados de sus hogares bajo arresto, e inmediatamente deportados hacia el interior del Imperio, para ser posteriormente asesinados.

Los hechos fueron planeados por el grupo “jóvenes turcos”, los cuales buscaban una homogeneización del pueblo otomano y sin pensarlo, en abril de 1915, dieron la orden a sus militares de ejecutar el genocidio. Su objetivo principal fue llevar a cabo la masacre masiva de los armenios deportados. A cargo de la Organización Especial estaba Behaeddin Shakir, un médico. Por otra parte, extremistas ideólogos como Zia Gokalp, promocionaban a través de los medios la propaganda del CUP (Comité de Unión y Progreso), el Panturquismo; la creación de un nuevo imperio que se extendería desde Anatolia hasta Asia Central, y cuya población sería exclusivamente turca.

Se estima que un millón y medio de armenios fueron exterminados entre 1915 y 1923, mientras que cientos de miles fueron masacrados en el acto. Muchos otros murieron por inanición, y epidemias que arrasaban en los campos de concentración.

Entre los armenios que vivían en la periferia del Imperio Otomano, muchos escaparon al destino de sus compatriotas de las provincias centrales de Turquía, y más de diez mil en el este de Turquía, escaparon a la frontera con Rusia, llevando una vida precaria como refugiados.

@losojosdecuervo

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