Recordemos a Colosio

La política siempre ha generado controversias, ya que es básicamente el gremio que controla el rumbo de una nación, así como es el que se encarga de administrar los recursos que se generan.

En la política siempre existen diferentes grupos, basados en distintos ideales y formas de gobierno llamados partidos, estos grupos se disputan los puestos políticos, con el afán de controlar al país y tratar de decidir lo mejor para el pueblo, sin embargo, esto se ha visto aprovechado por políticos deshonestos que ocupan el poder, y las influencias para su propio beneficio, y de sus amigos y familiares. La disputa por el poder se ha vuelto una mafia y lo menos que les importa es el pueblo, o las vidas que puedan afectar en su camino por gobernar.

Las muertes misteriosas y las desapariciones se han convertido en algo recurrente en la búsqueda del poder, sin embargo, en ocasiones estas pérdidas han llegado a consternar a la población, por ser considerados como esperanza, o representar un cambio verdadero en el sistema. En México, la pérdida más clara fue la de Luis Donaldo Colosio, candidato a la presidencia por el Partido Revolucionario Institucional, en 1994.

Entre los cargos públicos que ocupó, destacan el de Secretario de Desarrollo Social, del 8 de abril de 1992 al 28 de noviembre de 1993, también se destacó como presidente del PRI, del 3 de diciembre de 1988 al 8 de abril de 1992. Antes de eso, había fungido como Senador de Sonora, del 1 de septiembre de 1988 al 2 de diciembre de 1988.

Para 1989, el PRI había perdido el control de algunos estados, como Baja California, cosa que no pasaba en más de 65 años, sin embargo, el entonces presidente del partido, Colosio, aceptó la pérdida, acción que fue tomada por muchos como una traición a los intereses del PRI.

El 23 de marzo de 1994, Colosio decidió reunirse con unos pobladores de una de las colonias populares de Tijuana, Lomas Taurinas, sin embargo no llegaría a la cita ya que, apenas unos trece metros antes del destino, un sujeto burló la seguridad y disparó un revólver calibre 38, hiriendo al candidato en el oído y en el abdomen. Colosio murió horas después, dejando un vacío en los mexicanos, que aún lo logra cicatrizar.

El asesino se identificó como Mario Aburto, que en ese entonces tenía 24 años.

La versión más sonada sobre su asesinato es que Carlos Salinas dio la orden de asesinarlo, ya que su campaña atentaba en contra de sus intereses. El sucesor de la presidencia fue Ernesto Zedillo.

@losojosdecuervo

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