El lado secreto de Einstein

Grandes genios han hecho del mundo lo que es hoy en día, y por esas accione los recordaremos y agradeceremos por muchas generaciones. De estas personas tendremos siempre buenas impresiones ya que su lado ingenioso, gracioso o benevolente, siempre es el que se muestra en los libros de historia y, en ocasiones, simplemente se deduce que eran buenas personas, sin indagar más en la totalidad de su vida.

Una de las personas que serán recordadas por decenas de generaciones es Albert Einstein, uno de los grandes genios del siglo XX.

Albert nació en la ciudad de Ulm en Alemania, el 14 de marzo de 1879 en el seno de una familia judía. Hijo de Hermann Einstein y Pauline Koch, los cuales se dedicaban al cultivo de los cereales. Para 1984, tras dificultades económicas, los Einstein se mudaron a Italia, cerca de Milán.

Albert se graduó de la universidad en 1900, y se dedicó a dar tutorías en Winterthur, Suiza, mientras que para 1902, comenzó a trabajar para la Oficina Federal de la Propiedad Intelectual de Suiza.

Debido a la ocupación Nazi en Europa, zarpó hacia Estados Unidos en 1932, ahí enseñó en el Institute for Advanced Study, agregando a su nacionalidad suiza la estadounidense en 1940, a la edad de sesenta y un años.

Entre las mayores aportaciones del físico se encuentran la Teoría de la Relatividad General, con la cual propuso una auténtica revolución en el entendimiento de la gravedad. Después de esto, formuló la Teoría de la Relatividad Especial, inspirada en aportaciones previas de los investigadores Henri Poincaré y Hendrik Lorentz.

Otras deducciones muy famosas de Einstein fueron las relacionadas con el movimiento Browniano, el efecto fotoeléctrico o la equivalencia masa–energía. Además, fue pionero con su Teoría del Quántum en la Radiación, esencial para el funcionamiento de la tecnología láser, y los tan de moda Sistemas de Posicionamiento Global (GPS).

Fue ganador del Premio nobel de Física en 1921, y es considerado el padre de la bomba atómica, aunque siempre se consideró pacifista.

A pesar de ser uno de los científicos más destacados de la historia, Einstein, como muchos, tenía un lado secreto y que hoy en día no sería tan bien visto. El genio alemán tenía un cierto odio hacia la raza asiática.

En conferencias, Einstein recriminaba en contra del racismo, al grado de considerarla una “enfermedad”, sin embargo, el mismo personaje hacía comentarios misóginos y racistas sobre las personas de países asiáticos.

Entre sus muchos y polémicos comentarios, Einstein mencionó que los chinos comían en cuclillas, como los europeos hacen del baño, además de haber mencionado que los niños chinos no tenían espíritu y que parecían obtusos.

Incluso, en algunos textos menciona:

«Me he dado cuenta de las pequeñas diferencias que hay entre hombres y mujeres: no entiendo qué tipo de atracción fatal poseen las mujeres chinas, que embelesan a sus correspondientes hombres de tal modo, que son incapaces de defenderse contra la formidable bendición de la descendencia».

Es claro que todos tenemos un lado secreto que no es bien visto por algunas personas, sin embargo, este tipo de pensamiento nunca es reflejado por sus portadores o por los medios ya que, sin duda, mancharía la imagen pública de la celebridad.

@losojosdecuervo

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