El 8 de agosto de 1929, Múnich, Alemania, vio nacer a la hija del líder Nazi Heinrich Himmler, su nombre era Gudrun Burwitz, quien dedicó parte de su vida a trabajar para la agencia alemana de espionaje en la posguerra, así como también defendió la reputación de su padre, apoyando el nazismo. Fue un personaje que destacó en la política de extrema derecha de Alemania, donde los medios se encargaron de apodarla “la princesa nazi”.
El autor David Wingeate Pike, describe a Gudrun como una mujer dedicada al hogar, a sus tres hijos y a un grupo secreto de nombre Stille Hilfe, el cual brindó ayuda legal y financiera a ex-miembros de la SS como Klaus Barbie, “el carnicero de Lyon”y Martin Sommer, guardia de seguridad de los campos de concentración de Dachau y Buchenwald. Esta información se encuentra en el libro “Españoles en el Holocausto: vida y muerte de los republicanos en Mauthausen”.
Sin embargo, el tabloide alemán Bild, dio a conocer que la hija del alto oficial nazi, había sido contratada por el Servicio Federal de Inteligencia, durante la década de los 60´s. Dicha declaración fue confirmada por el jefe del Departamento de Historia de la agencia de espionaje, Bodo Hechelhammer.
Cuando la guerra finalizó, Burwitz era apenas una adolescente y fue liberada en el año de 1946, tras testificar en los juicios de Nuremberg. Posteriormente trabajó tres años como secretaria en la sede del BND en Pullac, cerca de Múnich. En ese periodo, Reinhard Gehlen estaba al mando de la organización, este ex-comandante de inteligencia militar nazi, trabajó durante la guerra compilando información sobre el Ejército Rojo.
El pasado mes de mayo, Gudrun Burwitz falleció a los 88 años de edad, y según Hechelhammer, “el momento de la muerte de Gudrun, coincidió con el comienzo de un cambio en la comprensión y el manejo de los empleados que estuvieron involucrados con los nazis”.
Heinrich Himmler pertenecía al círculo de confianza de Hitler, él comandó las SS, organización que ocupó un lugar importante en el asesinato de millones de judíos, polacos, prisioneros de guerra soviéticos, romaníes y los que fueron clasificados como “racialmente inferiores”, durante el Holocausto.
Burwitz concedió una entrevista exclusiva, en 1959, donde subrayó su deseo de limpiar la reputación de su padre ante la historia. “Mi padre es visto hoy como el genocida más grande de la historia”.
Después de ser capturado por los británicos, en el año de 1945, Himmler se quitó la vida, para evitar ser juzgado por crímenes de guerra.
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