Un enfermo que mató a 19 discapacitados

El cerebro humano siempre reacciona o se comporta de maneras diferentes, por lo que una infinidad de ideas hacen de este mundo un lugar tan variado. Algunas ideas siempre llevan a cosas increíbles como obras de arte, grandes construcciones o excelentes acciones que ayudan al desarrollo de la humanidad, sin embargo, existen otras que afectan la existencia de la sociedad tal y como se conoce, y más aún la vida de personas que forman parte de ella.

Una de las peores ideas que se pueden tener en este mundo es la de privar de la vida a otro ser vivo, sin embargo, existen muchas personas con problemas mentales que consienten en esta idea, y lo peor es que la llevan a cabo.

Una de estas acciones fue ejecutada por Satoshi Uematsu, quien comenzó a trabajar en el centro para discapacitados psíquicos Tsukui Yamayuri Garden, en Sagamihara, a unos 50 kilómetros de Tokio, Japón.

Durante cuatro años, este hombre desarrolló un amor y un odio por las personas que cuidaba, por lo que el 14 de febrero de 2016, entregó una carta a un diputado local, la cual estaba dirigida al presidente de la Cámara japonesa, donde expresaba su idea de:

“Eliminar en dos residencias a 260 personas discapacitadas. Mi objetivo es lograr un mundo en el que los que padezcan discapacidades severas puedan solicitar la eutanasia con el consentimiento de sus tutores. Esto debería ser así en los casos en los que el enfermo es incapaz de vivir en una casa y de participar activamente en la sociedad.”

Como era de suponerse, las autoridades, tanto del centro como las judiciales, se alarmaron e inmediatamente separaron a Satoshi de su cargo para ser internado en un hospital psiquiátrico, sin embargo, los médicos consideraron que había sanado y tan sólo dos semanas después quedó en libertad.

Después de haber salido, el 5 de julio del 2016, Satoshi ingresó al centro rompiendo unas ventanas con un martillo. En cuanto se dieron cuenta de su presencia, trabajadores del lugar dieron aviso a la policía. Una hora después, en el lugar, Satoshi salió y entregó a la policía varias cosas como herramientas afiladas llenas de sangre y agregó: “lo hice”.

En tan sólo 40 minutos, Satoshi alcanzó a asesinar a 19 personas y a herir a 26 más.

Después de ser aprehendido y encarcelado, Satoshi envió una carta a las autoridades solicitando una pena no mayor de dos años por su acto criminal, y quedar libre bajo la tesis de demencia, así como una nueva identidad, que incluía cirugía plástica y además 50 millones de yenes, todo esto por el servicio prestado a la comunidad.

@losojosdecuervo

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