En México, y en muchas otras partes del mundo, siempre se ha buscado una protección divina que ayude a las personas en sus necesidades o que pueda resolver situaciones desfavorables. Esto se ha hecho desde el inicio de los tiempos, cuando la gente buscaba una explicación a todos los fenómenos naturales por medio de deidades, sin embargo, esta costumbre ha sido arrastrada hasta los tiempos modernos.
Uno de los temas más controversiales para la iglesia católica es el de las adoraciones a figuras no reconocidas, como es el caso de la Santa Muerte o el Santo Malverde, ya que ninguno de los dos es reconocido por esta institución.
Jesús Malverde, el puro estilo de Robin Hood, fue un hombre que dedicó su vida a despojar a las personas acaudaladas, con la finalidad de ayudar a los más necesitados. Este hombre representaba al máximo enemigo de los grupos de poder, los cuales estaban encabezados por Francisco Cañedo.
Malverde hombre siempre se acompañó de una gran fama por valiente y justo, sin embargo, en una persecución fue mal herido. A pesar de no ser atrapado, la herida comenzó a volverse infección y la infección en gangrena. Una vez que la gangrena se había apoderado de su cuerpo, Jesús decidió realizar una de las acciones más nobles, pues decidió entregarse a la justicia, pero encomendando a uno de sus hombres que fingiera haberlo capturado para así recibir la recompensa que se ofrecía por su cabeza, y poder ayudar a más personas necesitadas.
El plan resultó casi como lo había planeado Malverde, sin embargo, el cruel traidor escapó con el dinero de la recompensa. Después de eso, el 3 de mayo de 1909, en Culiacán, decenas de indígenas y campesinos se congregaron alrededor de un mezquite para ver morir a su héroe. Ese día Malverde se convirtió en santo.
Por sus crímenes, a Malverde le fue negado el derecho de la sepultura, sin embargo, el pueblo se encargó de llenar de piedras el lecho, de modo que su cuerpo quedó sepultado entre rocas.
El culto a este personaje, por parte del gremio de sicarios, comenzó cuando Raymundo Escalante, un narcotraficante, encomendó su vida a él después de que su propio padre lo buscaba para asesinarlo, después de haber traicionado al cártel al que pertenecía. Se dice que el joven sobrevivió a todos los tiros que le dieron.