El mundo paranormal siempre ha sido un tema que genera gran controversia, especialmente entre escépticos y los que verdaderamente creen en la existencia de entes ajenos a nuestro mundo. Desde tiempos antiguos, este tema ha causado la molestia de algunos y el miedo de otros, ya que aún no se ha podido comprobar científicamente que es lo que provoca estos sucesos, sin embargo, tampoco se puede demostrar que se trate de espíritus o demonios.
Nunca han faltado casos sobre experiencias paranormales alrededor del mundo, apariciones, posesiones o el movimiento repentino de las cosas, son sólo algunos ejemplos de manifestaciones sobrenaturales. Sin duda, uno de los casos más famosos de España, y de todo el mundo, es el caso de Estefanía Gutiérrez Lázaro, hija de Máximo Gutiérrez Palomares y de Concepción Lázaro. Este caso destaca por ser el único caso en España que recabó sucesos paranormales en la investigación.
El caso comenzó cuando Estefanía decidió realizar una sesión de tabla ouija junto con sus compañeras, ya que una de ellas había perdido a su novio en un accidente automovilístico. La sesión se llevó a cabo en la escuela, sin embargo, mientras el juego se llevaba a cabo, una maestra las descubrió y las reprendió, sin embargo, cuando eso pasó, un vaso que se encontraba en la escena se rompió y liberó una especie de humo que, desgraciadamente, Estefanía inhaló.
A partir de ese suceso, Estefanía Gutiérrez Lázaro adoptó algunos comportamientos extraños, así como visiones que alteraban su tranquilidad y la de su familia. Después de un largo tiempo con los padecimientos, los padres decidieron llevar a su hija a psicólogos y doctores, los cuales jamás pudieron ayudarla. Una de las visiones que más padecía era la de una silueta de un hombre que se postraba en su habitación para observarla.
El 13 de julio de 1991, después de haber ido a pasear con su novio, intentó agredir a su hermana, sin embargo, su hermana la esquivó y ella cayó en el piso para luego comenzar a convulsionarse y a sacar espuma blanca por la boca.
Después de ver esto, sus padres deciden llevarla al hospital donde a las 2:00 horas Estefanía Gutiérrez Lázaro pierde la vida. La muerte fue tan polémica como sus padecimientos, ya que ni los doctores supieron cuál fue la causa del deceso, por lo que deciden declarar su muerte como “súbita y sospechosa”, dando a entender que no encontraron una razón lógica para su muerte.
Meses después de la partida de Estefanía, la familia comenzó a sufrir de algunos eventos paranormales. Al comienzo sólo eran objetos en movimiento sin ningún estímulo, puertas que se abrían y se cerraban solas y ruidos extraños, sin embargo, conforme avanzaban los días, las cosas se agravaron, ya que comenzaban a escuchar voces y a ver siluetas extrañas.
El 27 de noviembre de 1992, hartos de la situación tan intensa que vivían, la familia Gutiérrez Lázaro decidió llamar a la policía con el fin de recibir ayuda de su parte, sin embargo, justo cuando los oficiales llegaron al hogar de la familia, una silueta negra comenzó a manifestarse, además de otros sucesos como la caída de varios cuadros, sin embargo, lo que más impactó a los policías fue que un crucifijo presentaba tres arañazos, y el cristo se encontraba despegado de la cruz.
Para el 1 de Noviembre de 1993, una fotografía de Estefanía comenzó a incendiarse sin razón alguna, lo extraño es que nada más se incendió la foto, ni el cuadro, ni la mesa, ni nada.
Debido a todo lo ocurrido y a todo lo visto, la madre deduce que el espectro que aterroriza a la casa y el que aterrorizó a su hija mientras estaba viva, era el de su padre, con quien nunca tuvo una buena relación, además, este hombre antes de morir juró que le haría la vida imposible a ella y a su hija desde el otro mundo.
Varios grupos de parapsicólogos asistieron a la casa para descifrar el misterio que presentaba la casa de los Gutiérrez Lázaro, sin embargo lo único que pudieron “descubrir” es que la presencia más maligna que se encontraba en la casa era la del abuelo de Estefanía, sin embargo, también se descubrió que la de Estefanía también se encontraba deambulando por el lugar, pero su presencia no era para nada mala, al contrario, ella siempre advertía a su madre de lo malo que pasaría.
Después de un tiempo los eventos paranormales fueron menguando hasta desaparecer por completo, esto permitió que la familia se mudara a otro lugar, sin embargo, los nuevos habitantes jamás han presenciado nada inusual.