La muerte no resuelta de Bob Crane

“Te pasas toda la vida siendo el gracioso y un día todo cambia. Ya no eres el gracioso, el teléfono no suena.”

Bob Crane

Los últimos años de vida de este hilarante actor no fueron nada afortunados, debido a su gran adicción: el sexo.

Originario de Connecticut, Bob Crane nació en 1928 y era el menor de dos hijos. Con una comicidad nata, Crane siempre cautivó a todos, por ello el mundo de los medios de comunicación siempre fue lo suyo, para posteriormente, convertirse en la estrella de su propio programa.

Su vida profesional comenzó a los 22 años como locutor de radio, ahí se destacó por ser el «Rey de la Sintonía» en los Ángeles. Su programa llegó a ser tan bueno que, estrellas como Marilyn Monroe y Frank Sinatra, asistieron a las transmisiones.

Su vida en la televisión comenzó cuando la atención de ciertos ejecutivos de CBS recayó sobre el simpático locutor de radio. Con apariciones en distintos programas televisivos, Crane, se hizo bastante popular con el público hasta que, finalmente, tuvo un papel protagónico en la comedia Los Héroes de Hogan, serie que lo inmortalizaría como «El Coronel Hogan».

Bob Crane era un hombre de familia, casado con su novia de secundaria –relación de 15 años– y un padre ejemplar de tres hijos, o por lo menos así lo describe la gente que le conoció esta faceta. Una familia perfecta.

Sin embargo, todo este cuento de hadas se vino abajo cuando conoció a quien lo indujo a la perversión: John Carpenter, experto en audiovisuales. Todo empeoró cuando la serie Los Héroes de Hogan se encontraba en su pico más alto de éxito y, por supuesto, Crane también.

Su adicción al morbo lo llevó a pasar varios días en clubes de strippers. Asimismo, la pornografía era complemento de su enfermedad. En muy poco tiempo su vida se vio rodeada de sexo y orgías. Cuando Carpenter le mostró las primeras videocámaras, cuya manipulación era bien servida por él, fue la perdición de Crane.

Cámaras ocultas, grabaciones sin consentimiento de las mujeres y una vida desenfrenada, llevaron su matrimonio al declive, quedándose sólo con su enfermedad. Y no únicamente su matrimonio terminó, su exitosa serie también vio el fin, después de 168 capítulos.

Inclusive, en los shows donde fungía como invitado, se dirigía a las mujeres vulgarmente, llegando a lo carnal.

A pesar del precipicio de su carrera, se casó nuevamente, esta vez con la actriz Patti Olsen, quien fue su compañera de actuación en la cancelada serie de la pantalla chica. Así fue como se convirtió en padre por tercera ocasión, lamentablemente todo su dinero no se fue en el bebé, sino en equipos de video para seguir cumpliendo sus fantasías sexuales. Todo el dinero ganado en su tan exitosa carrera, fue despilfarrado vilmente.

El 29 de junio de 1978, con 49 años, «El Coronel» fue encontrado sin vida en el cuarto que rentaba en un solitario motel, tras una noche de locura y desenfreno.

Con dos golpes en la cabeza, hechos con un trípode que se usaba para sus perversiones sexuales, nunca se encontró al asesino. Si bien, el principal sospechoso radicaba en Carpenter, ninguna evidencia fue solvente para declararlo culpable.

Su muerte nunca se aclaró y, hasta la fecha, es uno de los grandes misterios de Hollywood.

@losojosdecuervo

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