Abel Revill Ochoa nació en 1973, originario de Vicente Guerrero, Durango, y se convirtió en el asesino de su familia.
Todo comenzó un 4 de agosto del año 2002, cuando la familia regresaba de misa, al llegar a casa Abel Revill le pidió a su esposa dinero, pues era adicto al crack y necesitaba comprarlo.
“Entre los efectos más habituales del consumo de crack se encuentran la sensación de euforia, los ataques de pánico, el insomnio, alucinaciones, delirios y paranoia”.
Al ingerir esta sustancia, Abel sintió la necesidad de conseguir más de esta droga para consumirla, pero sabía que su esposa no le daría más dinero para este fin, por lo que decidió subir a la habitación principal y sacar un arma cargada que guardaba en el armario. Disparó en contra de su esposa, su pequeña de 9 meses, una de sus cuñadas y su suegro, y como si esto no fuera suficiente, mientras su otra hija de 7 años intentaba escapar también le disparó.
Según las autoridades Ochoa también arremetió contra otra de sus cuñadas, pero no falleció, solo resultó lesionada de gravedad.
Después del asesinato de su familia, Abel Revill Ochoa fue detenido mientras intentaba retirar dinero de la cuenta de su esposa.
Al interrogar al hombre, declaró que no sabía por qué lo hacía, pero que su cuerpo estaba “poseído por el diablo”,
Tras 18 años de este acto cruel, la sentencia de este hombre fue cumplida, los primeros días del mes de febrero Abel Revill fue ejecutado por medio de una inyección letal en la prisión de Huntsville.
Fuente:
Los Ojos de Cuervo 