En 2016 un joven entró en medio de la noche y mató a 19 personas con discapacidad mental.
Satoshi Uematsu trabajó algún tiempo en una clínica para discapacitados mentales en Sagamihara (Tokio), hasta que terminó por aburrirse de este trabajo y decidió salir.
Al salir comenzó a comentar su odio por los discapacitados mentales y a alardear sobre una “masacre” que cometería en dicha clínica, incluso redactó una carta dirigida a la cámara baja del parlamento japonés, en la que contaba su plan para matar a varios discapacitados en la clínica Sagamihara y otro centro especializado.
Tras recibir dicha carta el joven fue detenido y llevado al mismo centro, del cual fue liberado 12 días después y se le declaró como inofensivo para la sociedad.
El 26 de julio de 2016 el joven entró a la residencia y fue de habitación en habitación, apuñalando a todos y dejando un saldo de 19 muertos y 26 heridos, la mitad de ellos con lesiones de gravedad.
Tras este acto atroz, acudió a la comisaría para entregarse y confesar su crimen, los oficiales revisaron su auto, en donde encontraron las armas ensangrentadas y los asientos manchados.
Tras ser detenido, el fiscal comenzó el interrogatorio, ante el cual Uematsu reiteró su odio por las personas discapacitadas diciendo que «son simplemente un estorbo para la sociedad y no tienen derechos».
El juez dictaminó que este hombre era cruel y sádico, por lo que se le condenaría a muerte. Los abogados apelaron dicha sentencia, argumentado que este joven estaba bajo los efectos de estupefacientes y había sufrido un episodio psicótico.
Satoshi Uematsu fue sentenciado a muerte y enviado a la horca.
Actualmente Japón y Estados Unidos son los únicos países que permiten la pena de muerte, en Japón se utiliza el método de ahorcamiento a través de la caída, por lo que la mayoría de lo condenados muere casi de inmediato por ruptura de cuello.
Fuente:
https://www.clarin.com/mundo/japon-pena-muerte-asesino-discapacitados_0_0lgAbf_h.html