A pesar de que la libre expresión es un derecho en muchos lugares, algunos aún son reprimidos por dar su opinión o avisar sobre algún suceso importante.
Ai Fen es una doctora que reside en Wuhan, donde se originó el nuevo Coronavirus a finales de 2019. Como doctora y directora del Hospital Central de Wuhan, consideró importante dar aviso sobre el brote de este nuevo virus, por lo que consultó con varios de sus colegas e incluso realizó una entrevista para la revista “Renwu”, pero desafortunadamente ésta fue censurada por las autoridades del país.
“Si hubiera sabido lo que iba a pasar, no me habría importado la reprimenda. Hubiera hablado de eso con quien sea, donde sea que pudiera”, dijo la doctora en una entrevista.
Fen tuvo conciencia de los primeros casos en diciembre de 2019, pero ante las represalias de las autoridades, tuvo que mantener esta información lo más aislada posible, recibió advertencias e incluso fue detenida por liberar esta información y “alterar la estabilidad”.
A inicios de marzo, cuando los infectados ya eran demasiados en el mundo y esta situación se estaba saliendo de control, Ai decidió unirse con sus colegas y levantar la voz, hacer las críticas y las advertencias mucho más fuertes. Muchas personas que guardaron el artículo lo modificaron con algún sistema para evitar la censura y poder informar a través de redes sociales.
Se cree que si la información se hubiera dado de forma oportuna cuando fue descubierta, millones de personas no se hubieran contagiado ni muerto, sin embargo, las autoridades del país y el régimen del Partido Comunista Chino (PCC), decidieron callar y censurar todo aquello que causa un descontrol para la humanidad.
Los Ojos de Cuervo 