Julio de 1996 en la ruta 226, debajo de un puente se encontró el cuerpo desnudo y sin vida de Adriana Jaqueline Fernández, una uruguaya de 27 años que trabajaba como artesana en la ciudad de Mar del Plata, Argentina.
Este era el primer asesinato de una serie jamás resuelta y directamente relacionada con chicas que ejercían la prostitución en esa ciudad argentina.
Después de la muerte de Adriana se encontraron 5 cuerpos de mujeres asesinadas en menos de un año, todas trabajaban para los prostíbulos de la zona y los homicidios solían tener en común características como estrangulamiento y mutilaciones.
Durante las apariciones de los cuerpos, los periódicos y la prensa que se encargaban de cubrir los hechos buscaban un nombre y un asesino para sus notas.
Lo llamaron “El loco de la ruta”, pero dicho personaje probablemente no existía, ya que nunca se encontró y mucho menos se le juzgó por al menos 5 asesinatos y 14 desapariciones.
A pesar de nunca haber sabido de su existencia, se decía que su personalidad era la de un psicópata perverso, reprimido, maltratado por su madre, experto en el uso del cuchillo y que mataba por placer.
Físicamente se pensaba que era un hombre calvo, que obligaba a las víctimas a subir a su auto o también podía ser un hombre deforme que andaba en una camioneta.
Lo curioso es que este perfil nunca tuvo una cara real, mucho menos un detenido o sentenciado y ni tocar el tema de la justicia para las mujeres que fueron víctimas de este desalmado asesino.
En el caso se vieron involucrados un funcionario judicial, un carnicero y hasta un hombre que mataba prostitutas.
Al final ninguno de ellos fue culpado, ya que el funcionario era cliente frecuente de una de las chicas, al carnicero sólo se le inculpó por buen manejo del cuchillo y los cortes de las víctimas, mientras que al asesino lo encontraron en la cárcel donde llevaba años recluido.
El más cercano a la teoría fue Celso Arrastía, denunciado en septiembre de 1988 por su pareja.
Tenía 35 años y lo detuvieron después de que le encontraran prendas de algunas de las víctimas.
Se supo que el sospechoso captaba víctimas en el cabaret de su novia. Se le condenó a 25 años de prisión, pero sólo pudieron probar 2 de los 5 feminicidios.
Por otra parte también hubo rumores de que el asesino serial sólo fue inventado para cubrir una mafia mixta entre policías, proxenetas y hasta funcionarios judiciales que formaban parte de estos crímenes y algunos hechos de corrupción.
La situación llegó tan lejos que se intentó desarmar a una presunta banda de policías que extorsionaba a las prostitutas a cambio de protección. Hubo 9 policías detenidos.
Las opiniones después de 30 años siguen divididas entre los que aseguran que el asesino serial existió y los que creen que sólo fue un invento. Lo cierto es que nunca nadie vio nada, nunca hubo justicia para las víctimas y sólo hay recuerdos de la búsqueda de un asesino, mientras que las mujeres poco a poco han sido olvidadas.
Fuentes: