A finales de la década de los 70, justo después de que se graduara del instituto, Dahmer asesino a Steven Hicks. Iniciando su camino como asesino serial, depredador sexual y torturador, sus crímenes quedarían impunes hasta 1991.

Jeffrey Lionel Dahmer nació el 21 de Mayo de 1960 en Milwaukee, durante su niñez sufrió de constantes cambios de domicilio y de una familia disfuncional, donde sus padres pelaban constantemente. Con el tiempo se convirtió en una persona tímida y retraída, le costaba relacionarse con otros a menos que actuara como el “payaso de la clase”.
Uno de sus escapes fue el interés que tenía hacia los animales, sobre todo los animales muertos, le gustaba diseccionarlos y ver su funcionamiento. Este interés fue apoyado por su padre, quien al ser científico incitaba la curiosidad de su hijo.
Sin embargo, su interés se fue tornando en algo más oscuro cuando Dahmer empezó a relacionar la violencia con el placer sexual. Inicialmente trató de detener sus impulsos mediante la bebida, pero fue peor.
Además, Dahmer comenzó a sufrir problemas de abandono, su familia no solía estar con él y una vez que su madre lo dejó sólo para irse a Wisconsin, se vio en la posibilidad de cumplir sus tétricas fantasías. De esta manera, a base de engaños convenció a Steven Hicks de ir a su casa a tomar cerveza y fumar marihuana; Dahmer lo asesino con un golpe en la cabeza.
Empezó a desarrollar su método asesino, primero seducía a sus víctimas para que lo acompañaran a su casa o a un cuarto, los drogaba y se alcoholizaba. Posteriormente abusaba de ellos, los asesinaba, abría sus cuerpos, los diseccionaba, creaba sus “trofeos”, se masturbaba con los restos y los hacia desaparecer.
Durante mucho tiempo sus acciones quedaron impunes, ya que la mayoría de sus víctimas eran homosexuales y él mismo también lo era, por lo que las autoridades no investigaban mucho al respecto.

No fue hasta julio de 1991 que su reinado del terror terminó, cuando Tracy Edwards logro salir del apartamento de Dahmer y convenció a las autoridades de que registraran el lugar. Así descubrieron 80 Polaroids de distintos cuerpos descuartizados y restos humanos en el refrigerador, por lo que lo encarcelaron.
Se declaró culpable de sus crímenes, pero intentó alegar locura. El jurado no le creyó y lo sentenciaron a 937 años de cárcel, pero sólo pudo cumplir tres años, pues en 1994 otro prisionero lo golpeó con una barra de pesas hasta la muerte, terminando con la historia de “el carnicero de Milwaukee”.
Fuentes:
https://psicologiaymente.com/forense/jeffrey-dahmer