La discriminación institucional en los Estados Unidos ha sido uno de sus mayores problemas, afectando la vida de miles de afroamericanos que sufren de abuso policial. Sin embargo, la situación puede ser aprovechada por sospechosos de un crimen para salir libres, como fue el caso de Orenthal James (OJ) Simpson en 1995.

OJ Simpson era uno de los mejores jugadores de la NFL, había ganado un Superbowl y era MVP de temporada, convirtiéndose en integrante del Salón de la Fama. Para muchos afroamericanos era un ejemplo a seguir, ya que pudo catapultarse a la cima en una sociedad sumamente racista.
Su alto perfil fue aprovechado por sus abogados cuando la policía lo acusó del homicidio de su ex esposa, Nicole Brown Simpson, y su amigo, Ronald Goldman el 12 de junio de 1994.

Inicialmente el caso parecía sencillo, se había encontrado sangre en el automóvil de Simpson que correspondía a las víctimas, existían antecedentes de su comportamiento violento y el famoso jugador de la NFL había escapado de la policía cuando intentaron interrogarlo.
Pero el caso fue politizado por los abogados defensores, tratando de presentarlo como un juicio que buscaba acusar a OJ Simpson del homicidio por el simple hecho de ser afrodescendiente.
Lograron que el jurado fuera en su mayoría afroamericano y encontraron una grabación de uno de los agentes encargados, que mostraba actitudes racistas.
Aunque estas acciones no eran suficientes para salvar a Simpson de la cárcel, la pieza clave para su absolución fueron unos guantes ensangrentados, encontrados en la escena del crimen y en el automóvil de OJ. Durante el juicio se le pidió que se probara los guantes, pero ante la sorpresa de los perseguidores no le quedaron y el jurado decidió declararlo inocente.
Tiempo después se sabría que había dejado de utilizar su medicina para su artritis y se le habían inflamado las manos, razón por la que no le quedaron los guantes.
En 1997 la familia Brown lo demandó por el homicidio en una corte civil, el juez lo declaró culpable y OJ tuvo que pagar 33.5 millones de dólares en compensación. Y aunque no terminó en la cárcel por homicidio, en 2008 fue encarcelado por robo a mano armada y secuestro, siendo sentenciado a 33 años de prisión.
Actualmente OJ Simpson se encuentra libre, pues obtuvo libertad condicional en 2017. Vive en Las Vegas con los hijos que tuvo con Nicole Brown Simpson.
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