Hay una gran cantidad de sectas que han resultado en una extrema violencia hacia sus miembros o hacia otros. La Orden del Templo Solar (OTS) es una de esas sectas que trascienden los anaqueles de la historia por la forma funesta en la que terminó, al haber sido la causante del suicidio colectivo de 74 personas.
La OTS fue fundada por Joseph di Mambro y Luc Jouret, quienes utilizaban conceptos de la masonería, el rosacrucianismo y la homeopatía. Era una secta apocalíptica, es decir, creían que el fin del mundo estaba próximo y por lo tanto sus seguidores pensaban que la única forma de salvarse era siguiendo a Joseph y Luc.
Sin embargo, ninguno de ellos era una autoridad mística. Luc acostumbraba a seducir a la gente con discursos apocalípticos y esotéricos, mientras Joseph di Mambro era un estafador.
En 1980 diseñaron la OTS y para 1989 contaban con 442 miembros en Suiza, Canadá y Francia.
Conforme aumentaban sus adeptos decidieron diseñar un grupo élite, el cuál supuestamente iba a ser salvado del apocalipsis que ocurriría en el 2000. Su secta recibía mucho dinero y atención, pero cuando algunos fueron acusados en Canadá por portación de armas ilegales, los miembros comenzaron a desertar.
Los líderes,, viendo que su popularidad y su capacidad adquisitiva estaban disminuyendo decidieron comenzar el “tránsito hacia Sirius”, en un intento desesperado de obligar que sus miembros se mantuvieran en la secta.
De esta manera, en la primera ola de muertes 53 personas fallecieron en Suiza y Canadá, el 5 de octubre de 1994. En la segunda ola, 16 personas fueron calcinadas en Francia en 1995.
Finalmente, en marzo de 1997 otros cinco cuerpos calcinados fueron encontrados en Canadá ligados con la secta, resultando en la muerte de un total de 74 personas.
Algunas teorías señalan que la verdadera razón detrás de la decisión de “trascender”, se debió a que sus negocios con el tráfico de armas y el blanqueo de dinero les causaron enemistades con la mafia. Pero esta teoría no ha sido corroborada.
Poco sabemos de la lógica detrás de la decisión, pero historias como estas nos recuerdan el peligro del fanatismo y los líderes carismáticos.
Fuentes
https://elpais.com/diario/2001/04/18/ultima/987544801_850215.html
Los Ojos de Cuervo 