La muerte de Rodolfo de Habsburgo

A lo largo de la historia de la humanidad hemos sido testigo de múltiples muertes misteriosas, algunas en nombre de traiciones, complots sociopolíticos o ajuste de cuentas entre países. Ése es el caso de la muerte de Rodolfo de Habsburgo.

El archiduque Rodolfo de Habsburgo, príncipie y heredero oficial de Autrsia, Hungria y Bohemia en el siglo XIX, fue el único hijo varón del matrimonio entre el emperador Francisco José I y la emperatriz Isabel de Baviera.

Vivió durante su infancia una dura educación militar, política y cultural sin igual que pretendía forjarlo como un sucesor que superara los logros que había alcanzado su padre hasta ese momento. Se cree que fueron estos duros años lo que hicieron que durante su juventud presentara un cuadro de problemas psicológicos severos que se volcaron en comportamientos adictivos y excesos poco vistos entre la realeza europea.

Años después, Rodolfo de Habsburgo se inclinó por el liberalismo en vez de continuar con la línea autoritaria que suponía el gobierno de su padre. A los 22 años de edad, es decir, en 1880, se casó con la princesa Estefanía de Lieja, hija del rey Leopoldo II de Bélgica, una unión matrimonial que tenía la expectativa de afianzar un vínculo bilateral que diera beneficio a ambos reinos, sin embargo, él no fue fiel durante mucho tiempo y comenzó a salir románticamente con la baronesa María Vetsera, de quien decía que estaba enamorado.

La primera versión oficial de la muerte de Rodolfo dice que murió solo en su cama debido a una aploplejía, es decir, el sangrado interno de un órgano vital, sin embargo, los restos de pólvora, alcohol y la presencia del cuerpo muerto de María Vetsera sugería otra cosa.

La segunda versión indicaba que los amantes se habían quitado la vida debido a que no los dejaban estar juntos, versión que se reforzaba debido a que ambas personas se habían “despedido” de algunos miembros de su familia. No obstante, nunca se encontró un proyectil que cumpliera con las condiciones específicas del caso. Y años después se declaró que el arma que se había encontrado no le pertenecía al príncipe, además de que no había sido una bala, sino seis las que habían sido disparadas.

De acuerdo con esta última versión conspiranoica, espías autriacos se habían inmiscuido en su habitación mientras estaba en la intimidad con la baronesa y lo habían asesinado, todo en nombre del gobierno de su padre, mismo que debía seguir siendo autoritario y conservador.

Tras la muerte de su hijo, el emperador Francisco eligió a Carlos I de Austría-Hungría, a quien la historia lo convirtió en el último de los monarcas tras la Primera Guerra Mundial. No cabe duda de que la muerte de Rodolfo de Habsburgo sigue siendo un completo misterio.

@LosOjosDeCuervo

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