Un 11 de abril de 2007 se produjo, en Pleasant Grove, Utah, Estados Unidos, un crimen que terminó con el sueño de una familia feliz. Martin MacNeill era, ante los ojos del mundo, un hombre ideal, padre de ocho hijos, buen esposo y médico que también había estudiado leyes, se había ganado el respeto de la comunidad por participar activamente en la iglesia local dando clases en la escuela dominical.
Detrás de su máscara de perfección, escondía una personalidad malvada qué lo llevó a cometer el crimen del que vamos a contarles hoy. Mató a la que fuera su esposa por casi 30 años.
Hay pocos datos de la vida temprana de Martin MacNeill, entre ellos se sabe que nació el 1 de febrero de 1956 y que, en 1973, a los 17 años se unió al ejército, aunque dos años más tarde fue dado de baja, las autoridades le otorgaron una licencia de incapacidad por razones de salud mental. Por cuestiones del destino, se cruzó con Michele Marie Somers en una reunión de jóvenes en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Michele era un año menor que él, era una alumna brillante y había estado de intercambio en Suiza, además de haber ganado un concurso de belleza en 1976, por tanto, ostentaba el título de Miss Concord.
A pesar de las oposiciones de la familia de Michele, los jóvenes se casaron en secreto el 21 de febrero de 1978, él tenía 22 años y ella 21. Cuatro meses después de su matrimonio, Martin pasó seis meses en prisión acusado de falsificación, robo y fraude, fue un secreto que mantuvieron entre ellos dos. En cinco años tuvieron cuatro hijos, luego adoptaron cuatro más.
Como médico, Martin tuvo bastante dinero con el cual podía acceder a lo que quería, lo cual no ocultaba cuando intentaba encantar a otras mujeres, siempre intentando ser discreto.
Durante más de dos décadas parecía ser un buen vecino, un gran padre y un buen marido. Tenía una patológica obsesión por la pornografía que nadie conocía, así como sus amantes.
Mientras que su esposo trabajaba, Michele se quedó en casa, encargándose de que el hogar estuviera perfecto mientras criaba a sus ocho hijos. Tres habían sido adoptados en Ucrania y la última era, en realidad, la nieta de Michele y Martin.
En 1994, Martin fue acusado de tener relaciones sexuales con una paciente en el Centro de Salud de la Universidad de Brigham Young, pero frente a los reclamos de Michele, amenazó con quitarse la vida, él le rogó que siguieran con su matrimonio, cosa que hicieron cuando ella lo perdonó por primera vez.
En agosto del 2000, Michele lo encontró mirando pornografía en línea, después de este incidente, Martin volvió a amenazar con matarse, no sin antes amenazar a su esposa con un cuchillo. Tras esto, Michele lo volvió a perdonar.
En 2005, empezó una relación con la que fuera su jefa en una clínica de depilación láser, Anna Osborne Watlhall, quien se estaba divorciando. En un principio, MacNeill se ofreció para ser una especie de contacto entre ella y su futuro exmarido, pero poco tiempo después comenzaron a ser amantes.
Michele comenzó a notar algo raro en su marido y tras revisar una lista de llamadas en la que se repetía un mismo número, fue a buscar a Martin y lo encontró con Anna. Martin terminó admitiendo la relación con Anna y le prometió cambiar, pidiendo disculpas una vez más. Tras esto, Anna se fue de la ciudad.
Al poco tiempo, conoció a Gypsy Willis en una página de citas, una mujer 20 años menor que él que estaba dispuesta a complacer todas sus fantasías en la cama, con un vínculo intenso con el que se deseaban, se extrañaban y se buscaban.
El 3 de abril de 2007, Michele se sometió a un facelift y su marido pidió que le prescribieran Valium y Oxicodona, algo que el médico no hacía normalmente y que Michele creyó que estaba mal, pues le confesó a su hija Alexis que creía que su Martin estaba intentando matarla dándole más pastillas de las que correspondían.
El 11 de abril, Michele falleció en la bañera, fue encontrada por su hija Ada. La causa de muerte fue un paro cardiaco según la autopsia a la que fue sometida. Tras dos semanas de la muerte de Michele, Gypsy se mudó a la mansión en papel de niñera. Su hija Alexis intentó impedirlo al confrontar a su padre diciéndole que sabía que era la amante por la que su madre se preocupaba, lo que concluyó en que fuera expulsada de la casa de su padre.
Las hijas y hermanas de Michele estaban convencidas de que Martin la había matado y fue así como dos investigadores de la Oficina del Fiscal del Condado de Utah comenzaron la investigación.
Su primer hallazgo fue que MacNeill había falsificado sus formularios de ingreso a las carreras de medicina y leyes, tras esto notaron que había estado muchos años cobrando un seguro del ejército diciendo que era esquizofrénico.
En 2009, fue condenado a cuatro años de prisión por robo de identidad pues había usado documentos de una de sus hijas adoptadas en Ucrania para conseguir documentos legales falsos para Gypsy.
En octubre de 2013 inició el juicio por la muerte de Michele, la novia de Damian, uno de los hijos de MacNeill, mencionó que este había obligado a su hijo a tirar las pastillas por el inodoro. Anna, su examante, mencionó que, en una charla informal, Martin le había dicho que había una manera natural de que alguien sufra un ataque cardiaco.
El fiscal Chad Grunander mencionó que “Fue casi un homicidio perfecto”, la víctima fue colmada de sustancias que serían difíciles de detectar una vez que hubiera fallecido.
Tras una deliberación, el jurado lo encontró culpable de homicidio y fue condenado a 17 años en prisión. Martin MacNeill se suicidó en 2017.
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