Candice Rogers era una niña de Washington de tan sólo 9 años, cuando desapareció el 6 de marzo de 1959. La ciudad de Spokane enloqueció por este incidente, nadie sabía nada.
Unas semanas después, fue encontrada violada y estrangulada con su propia ropam en un bosque del estado de Washington y jamás dieron con el culpable, hasta ahora.
Según los archivos, Candy estaba vendiendo dulces en el barrio West Central, pero jamás regreso a su casa. Lo único que la policía pudo hacer fue entrevistar a sospechosos, pero jamás obtuvieron nada concreto.

En noviembre de 2021 se volvió a abrir el caso de Candy y gracias a las mejoras tecnológicas se pudo obtener un sospechoso, John Reigh Hoff.
En ese entonces Hoff era un joven de 20 años, nunca fue sospechoso, pero en 1961 abordó a una mujer, le quitó la ropa por la fuerza, la ató con sus propias prendas y la estranguló antes de huir del lugar.
La víctima sobrevivió y condenaron a Hoff a 6 meses de prisión además de ser expulsado del ejército. Al ser liberado, pasó el resto de su vida como vendedor a domicilio y trabajó en un almacén de madera hasta que se suicidó en 1970 a los 31 años.
«Fue necesaria la determinación de una comunidad, la evolución de la tecnología y la perseverancia de generaciones de detectives para resolver finalmente el misterio que rodea el horrible asesinato de Candy Rogers. 62 años después, por fin se puede dar por concluido el caso”.

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