Uno de los principales misterios a los que se enfrenta el gobierno de los Estados Unidos desde 2016 es el famoso síndrome de La Habana. Tras su aparición hace poco más de media década, los investigadores y médicos del país no han podido dar con un origen lógico de este fenómeno.

Su primera aparición sucedió luego de que varios diplomáticos estadounidenses visitaran la capital de Cuba. Al poco tiempo, presentaron una serie de síntomas en común que se tradujeron en episodios de vértigo, náuseas, pérdida de equilibrio y dificultades cognitivas como la falta de memoria y problemas de concentración.
Lo primero que pensaron las autoridades, y que se mantiene en la actualidad, es que se trata de algún tipo de ataque en contra de los líderes de Estados Unidos. Sin embargo, no han podido corroborar ninguna de las teorías planteadas al respecto ni mucho menos relacionar a alguna potencia mundial con ello.

De acuerdo con los reportes, el síndrome de La Habana comienza a presentarse con un fuerte pitido en los oídos de quien lo padece. Asimismo, hay casos en donde los diplomáticos han tenido que dejar su cargo, luego de las terribles secuelas provocadas por dicha molestía.
En algún punto se pensó que quizá solo era resultado del cansancio y el estrés por la fuerte carga de trabajo que tienen los funcionarios afectados. Sin embargo, los más de 200 casos registrados han llevado a que se descarte esta posibilidad y a la búsqueda de otras aristas.

Por su parte, el FBI asegura que en la mayoría de los casos podría tratarse de una enfermedad psicógena masiva, a partir del pánico generado por las primeras especulaciones, lo terminó por desarrollar una serie de sugestiones en el inconsciente de las personas que han padecido el síndrome.

La teoría más fuerte hasta ahora parte de una investigación entre un comité de expertos del gobierno de Joe Biden y la CIA. Su planteamiento está centrado en la posibilidad de una fuente de energía electromagnética que emite ondas de ultrasonido, conducidas por el aire y que alteraría la salud de quien las percibe. El tema está en poder encontrar ese hipotético objeto emisor de las ondas.