Theodore John Kaczynski es un matemático y filósofo que destacó durante su juventud y trayectoria académica en Estados Unidos, por tener un nivel de IQ superior al promedio humano e incluso mayor que el de personajes reconocidos como Albert Einstein, Charles Darwin, Stepehen Hawking y Bill Gates; el coeficiente intelectual de John era de 167,3 puntos.

Nacido en 1942 en Chicago, Illinois, la capacidad intelectual de John le permitió tener un crecimiento constante y sobresaliente en el colegio, de tal forma que a sus 16 años logró entrar en la demandante Universidad de Harvard. Asimismo, participó en proyectos gubernamentales de la magnitud del MK Ultra, liderado por la Central Intelligence Agency (CIA).
Sin duda, era una de las personas más prometedoras para el conocimiento humano. Sin embargo, parece que sus ideales no compaginaban con el ritmo de vida capitalista y las estructuras sociales que derivan de este. Es así que a sus 29 años de edad, en 1971, decidió mudarse a una cabaña abandonada en un bosque de Lincoln, Montana, y vivir una vida completamente solitaria.

Alejado de toda sociabilidad y en una zona sin agua ni corriente eléctrica, John aprendió técnicas de supervivencia para alimentarse de la caza y la pesca. Asimismo, aprovechó su gran cantidad de tiempo libre para escribir diversos ensayos en donde expresaba su malestar con la sociedad y cómo esta era consumida por la tecnología. Aún más importante y extrañamente, comenzó con su perfil de terrorista.

Este punto es en donde John aprovechó su coeficiente intelectual para convertirse en un criminal. Aún con el desconocimiento de sus motivos, comenzó a diseñar impresionantes bombas; la primera de ellas fue en mayo de 1978. Tras concluir su construcción y con una apariencia difícil de delatar, la mandó con destinatario a un profesor de la Universidad de Northwestern. Sin embargo, esta explotó en manos de un guardia, quien solo presentó algunas heridas y quemaduras.
Esa fue la primera de 16 bombas que diseñó entre 1978 y 1995, las cuales dejaron un saldo total de tres muertos y 23 heridos. En una época llena de desconcierto por los hechos, el FBI destinó una cantidad importante de recursos para dar con el sospechoso; nunca tuvieron éxito.

Fue hasta 1995 cuando John redactó una carta al periodico The New York Times. En ella buscaba cerrar un trato con las autoridades: si publicaban uno de sus escritos sobre la sociedad industrial y su futuro, él cesaría con los ataques terroristas. Después de algunas semanas de discusión, el FBI y el diario aceptaron la negociación; pensaron que así podrían dar con el paradero de Unabomber, el pseudónimo John.
Tras múltiples intentos por encontrarlo, el experto y agente James Fitzgerald aprovechó el perfil que diseñó de Unabomber para dar con su hermano, David Kaczynski, quien logró reconocer a John como el autor de aquel ensayo. Lo hizo gracias a una peculiar frase: “no puedes comerte una tarta… y seguir teniéndola”.
Posteriormente, David indicó el lugar de la cabaña en Lincoln para que agentes del FBI pudieran detener a John, quien fue sentenciado a ocho cadenas perpetuas y aislamiento en la ADX Florence.
Actualmente y con 80 años de edad, Unabomber sigue encarcelado en la máxima cárcel de seguridad estadounidense.